La emergencia climática es una realidad y hay que invertir en adaptarse a los desastres que se avecinan

António Guterres dijo que el COVID-19 nos ha enseñado que no “nos podemos permitir ignorar los riesgos conocidos”, y que el cambio climático es uno para el que debemos prepararnos invirtiendo en programas adaptación y alertas tempranas para reducir los daños que sin duda vendrán en el futuro.

El Secretario General de las Naciones Unidas pidió este lunes un aumento urgente de los fondos para los programas de adaptación al cambio climático, de modo que puedan ofrecer una protección real y duradera contra el impacto de eventos potencialmente catastróficos como sequías, inundaciones y el aumento del nivel del mar.

“La adaptación no puede ser la mitad olvidada de la ecuación climática”, aseguró António Guterres durante la Cumbre de Adaptación Climática celebrada de manera virtual.

El titular de la ONU agregó que la necesidad es aún más urgente en los países en desarrollo, que requieren un estimado de 70.000 millones de dólares para cumplir con sus planes de adaptación. Una cifra que podría aumentar hasta 300.000 en 2030 y 500.000 millones en 2050, según el Programa de la ONU para el Medio Ambiente.

En ese contexto, Guterres pidió que el 50% de la participación total de la financiación climática proporcionada por todos los países desarrollados y los bancos multilaterales de desarrollo se asigne a la adaptación y la resiliencia.

“Insto a todos los donantes y bancos multilaterales de desarrollo a que se comprometan con este objetivo antes de la COP26 y lo cumplan al menos para 2024”, agregó, refiriéndose a la 26ª sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que se celebrará en noviembre en Glasgow.© UNICEF/Martín Cálix/AFP-ServicesUna joven y su pequeña prima desplazadas por los huracanes Iota y Eta en Honduras.

Importancia de las alertas tempranas

El Secretario General subrayó la importancia de los sistemas de alerta temprana y la toma de decisiones basada en el riesgo, y agregó que una de cada tres personas no está protegida.

“Con solo 24 horas de aviso de una tormenta u ola de calor que se avecina, se pueden reducir los daños en un 30%”, explicó, y pidió a todos que trabajen juntos para garantizar una cobertura global completa mediante sistemas de alerta temprana que ayuden a minimizar las pérdidas humanas y materiales.

“Espero que esta Cumbre ayude a asegurar el gran avance en adaptación y resiliencia que se necesita y que conduzca a resultados ambiciosos en la COP26”, expresó.

La Cumbre de Adaptación Climática fue convocada conjuntamente por la ONU y el Gobierno de los Países Bajos para impulsar los esfuerzos y hacer que el mundo sea más resistente a los impactos del cambio climático.Emiliano Tux ChubDaños causados por los huracanes Eta e Iota en la ciudad guatemalteca de San Pedro Carcha.

Decisiones resilientes al clima

El Secretario General también pidió que las asignaciones presupuestarias y las decisiones de inversión tengan en cuenta la realidad del cambio climático.

“El riesgo climático debe estar integrado en todos los procesos de desarrollo, particularmente para infraestructura”, dijo, y señaló también la necesidad de ampliar significativamente los instrumentos financieros desencadenados por catástrofes existentes, como bonos o inversiones para apoyar a las economías afectadas por desastres.

El titular de la ONU también instó a facilitar el acceso a la financiación pública, especialmente para los países más vulnerables, y ampliar las iniciativas de alivio de la deuda.

Guterres recordó que los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo representan solo el 14% y el 2% respectivamente del total de los flujos de financiación climática, pero afrontan la mayoría de los riesgos.

“Estos países se encuentran en la primera línea de la crisis climática, sin embargo, debido a las limitaciones de tamaño y capacidad, se enfrentan a desafíos importantes para acceder a la financiación climática para ser resilientes”, dijo.

Según la Organización Meteorológica Mundial, ha habido más de 11000 desastres debido a peligros meteorológicos, climáticos y relacionados con el agua en los últimos 50 años a un costo de unos 3,6 billones de dólares estadounidenses.

“Los fenómenos meteorológicos extremos y los peligros relacionados con el clima también han matado a más de 410.000 personas en la última década, la gran mayoría en países de ingresos bajos y medianos bajos. Por ello, pido un gran avance en la adaptación y la resiliencia”, expresó el Secretario General.

Guterres al Foro de Davos: Necesitamos el mayor y más rápido despliegue de vacunas que el mundo jamás haya visto

El titular de la ONU asegura que el camino más rápido para reabrir la economía es la vacunación de la población mundial de una forma equitativa. Para ello, se necesita que la producción de vacunas contra el COVID-19 aumente de forma masiva. También destaca que esa recuperación debe hacerse solidariamente a través de la cooperación internacional pues solo así se podrá hacer frente a las dos amenazas existenciales que afronta la humanidad: el cambio climático y la desaparición de la biodiversidad.

“Una palabra define al mundo contemporáneo, esa palabra es la fragilidad”, ha afirmado este lunes el Secretario General de la ONU a través de un vídeo mensaje dirigido al Foro Económico Mundial de Davos, que empezó hoy sus trabajos.

Para António Guterres, se trata de la fragilidad de la economía, que vive su peor momento de los últimos cien años, pero también de la fragilidad creada por la desigualdad económica; de la fragilidad surgida de la desigualdad de género; de la fragilidad en la que nos colocan las divisiones geopolíticas; que pueden partir al mundo en dos grandes bloques; de la fragilidad del ciberespacio, ante la falta de consenso para lograr un beneficio del mundo digital mientras se evitan los riesgos; de la fragilidad del régimen desarme que aumenta los riesgos de una carrera armamentista nuclear y química…

Pero, sobre todo, de la fragilidad ante las dos amenazas existenciales que afronta la humanidad en este momento histórico: el cambio climático y la desaparición de la biodiversidad.

“Ha llegado la hora de la verdad”, declara solemne Guterres, quien ve la recuperación de la pandemia del COVID-19, que hasta el momento se ha cobrado dos millones de vidas, como una oportunidad para superar esas fragilidades y ser resilientes.

“Todas esas amenazas y todos esos obstáculos al progreso exigen diálogo y cooperación”, advirtió Guterres quien dijo que “se necesita una economía mundial que tenga un respeto universal por las leyes internacionales” y “se necesita un mundo multipolar con fuertes instituciones multilaterales”.

A su juicio Gobiernos, organizaciones internacionales, sector privado y sociedad civil deben encaminarse en una misma dirección, la que marca la Agenda de Desarrollo Sostenido 2030 y sus Objetivos.

Nuevo contrato social y nuevo pacto económico

Unsplash/Jared SandersContenedores de carga en un puerto de Miami, en los Estados Unidos.

Y para lograr caminar todos juntos “se necesita un Nuevo Contrato Social y un nuevo Pacto Económico Mundial que cree igualdad de oportunidades para todos, con respeto de los derechos y las libertades de todos”, agregó Guterres.

Ese Nuevo Contrato Social puede permitir que los jóvenes vivan con dignidad; asegurar de que las mujeres tengan las mismas perspectivas y oportunidades que los hombres; y proteger a los enfermos, los vulnerables y las minorías de todo tipo, según el responsable de las Naciones Unidas.

Pero aseguró que la recuperación inclusiva y sostenible en todo el mundo de la pandemia de COVID-19 dependerá de la disponibilidad universal de las vacunas y su eficacia, del apoyo fiscal y monetario inmediato tanto en países desarrollados como en desarrollo, y de un estímulo económico transformador a largo plazo.

“En un tiempo récord, los científicos han producido pruebas rápidas, tratamientos y vacunas contra el COVID-19. Nuestro desafío ahora es realizar el mayor y más rápido despliegue de vacunas que el mundo haya visto jamás, que llegan a todos, en todas partes”, explicó.

Sin embargo, los suministros de vacunas son escasos y su distribución desigual, señaló antes de comentar que vacunar solo a los países desarrollados no les protegerá si al mismo tiempo no se hace en los en desarrollo, ya que dejar a poblaciones enteras expuestas al virus provocará que haya más probabilidades para que este pueda mutar y hacer que las vacunas sean ineficaces.

Por tanto, se necesita la solidaridad y la cooperación internacional, dijo.

Cambio climático

UNICEF/Nino LucesUn niño construye una casita con basura y escombros. Su hogar fue completamente destruido con el paso del Tifón Goni en las Filipinas.

Junto a una recuperación inclusiva, necesitamos una recuperación sostenible que ayude a poner fin nuestra guerra contra la naturaleza, evitar la catástrofe climática y restaurar nuestro planeta.

Los billones de dólares necesarios para la recuperación de COVID-19 se toman prestados de las futuras generaciones, que, además de eso, también tendrán que soportar los peores impactos del calentamiento global.

Sin embargo, pese a esta emergencia, el año pasado, los miembros del G20 gastaron un 50% más en sus paquetes de rescate en sectores vinculados a la producción y consumo de combustibles fósiles que a los de baja emisión de carbono energía.

Nuestro objetivo central para 2021 es construir una coalición global para la neutralidad de carbono. Todos los países, ciudades, instituciones financieras y empresas deben adoptar planes respaldados por metas intermedias para la transición a cero emisiones netas para 2050, y tomar medidas decisivas ahora para ponerse en el camino correcto.

Cada sector debe hacer su parte, desde la aviación y la agricultura hasta el transporte y la industria.

Perspectivas económicas mundiales

Guterres ilustraba a los líderes económicos mundiales reunidos en Davos, poco después de que la ONU publicase un informe sobre perspectivas en el que se destaca que el devastador impacto socioeconómico de la pandemia de COVID-19 se dejará sentir en los próximos años a menos que se lleven a cabo una serie de inversiones de forma inteligente que apuesten por la propia recuperación económica, social y climática y garanticen de esa forma una recuperación sólida y sostenible de la economía global.

En 2020, la economía mundial se contrajo un 4,3%, más de dos veces y media más que durante la crisis financiera mundial de 2009. La modesta recuperación del 4,7% esperada para 2021 apenas compensaría las pérdidas de 2020, dice el último Informe Económico Mundial: Situación y perspectivas de la ONU.

El informe subraya que la recuperación sostenida de la pandemia dependerá no solo del tamaño de las medidas de estímulo y del rápido lanzamiento de las vacunas, sino también de la calidad y eficacia de estas medidas para desarrollar la resiliencia frente a futuras crisis.

Las economías desarrolladas, que se prevé que experimenten un crecimiento de la producción del 4% en 2021, fueron las que más se contrajeron en 2020, en un 5,6%, debido a los cierres económicos y las oleadas posteriores de la pandemia, lo que aumenta el riesgo de medidas de austeridad prematuras que solo descarrilarían los esfuerzos de recuperación a nivel mundial.

Los países en desarrollo experimentaron una contracción menos severa del 2,5%, con una recuperación esperada del 5,6% en 2021, según las estimaciones presentadas en el informe.

Áreas clave de impacto

El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU calcula que 131 millones de personas fueron empujadas a la pobreza en 2020, muchas de ellas mujeres, niños y personas de comunidades marginadas. La pandemia ha afectado desproporcionadamente a las mujeres y las niñas, exponiéndolas a un mayor riesgo de devastación económica, pobreza, violencia y analfabetismo.photo of IGSNRRUnas campesinas chinas promocionan sus productos agrícolas con ayuda de ONU Mujeres.

Las mujeres representan más del 50% de la fuerza laboral en sectores intensivos en servicios y mano de obra de alto riesgo, como el comercio minorista, la hostelería y el turismo, áreas más afectadas por el cierre. Muchos de ellos tienen acceso limitado o nulo a la protección social.

Las medidas de estímulo masivas y oportunas, por valor de 12,7 billones de dólares, evitaron un colapso total de la economía mundial y evitaron una Gran Depresión. Sin embargo, la gran disparidad en el tamaño de los paquetes de estímulo implementados por los países desarrollados y en desarrollo los colocará en diferentes trayectorias de recuperación.

El gasto del estímulo per cápita de los países desarrollados ha sido casi 580 veces superior al de los países menos adelantados, aunque el ingreso medio per cápita de los países desarrollados ha sido sólo 30 veces superior. La drástica disparidad subraya la necesidad de una mayor solidaridad y apoyo internacionales, incluido el alivio de la deuda, para el grupo de países más vulnerables.

Además, la financiación de estos paquetes de estímulo supuso el mayor endeudamiento en tiempos de paz, lo que aumentó la deuda pública a nivel mundial en un 15%. Este enorme aumento de la deuda supondrá una carga indebida para las generaciones futuras a menos que una parte importante se canalice hacia inversiones productivas y sostenibles que estimulen el crecimiento.

Según el informe, el comercio mundial se redujo en aproximadamente un 7,6% en 2020 en un contexto de interrupciones masivas en las cadenas de suministro mundiales y los flujos turísticos. Las persistentes tensiones comerciales entre las principales economías y los estancamientos en las negociaciones comerciales multilaterales ya estaban limitando el comercio mundial antes de la pandemia.

«La crisis actual reitera la importancia de revitalizar el sistema de comercio multilateral basado en normas para poner a la economía mundial en la trayectoria de una recuperación sólida y resistente», dijo el Secretario General Adjunto del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, Liu Zhenmin. «Debemos hacer que el comercio mundial sea resistente a las conmociones para garantizar que siga siendo el motor del crecimiento de los países en desarrollo».

El informe destaca las oportunidades para los países en desarrollo si pueden priorizar las inversiones que promueven el desarrollo humano, adoptan la innovación y la tecnología y fortalecen la infraestructura, incluida la creación de cadenas de suministro resilientes.© UNICEF/Giacomo PirozziUn niño lleva agua a una comunidad depauperada donde vive en el norte de Bulgaria.

Destacando la importancia de estimular las inversiones, el informe muestra que, si bien la mayor parte del gasto de estímulo se destinó a proteger los empleos y respaldar el consumo actual, también impulsó las burbujas de precios de los activos en todo el mundo, con índices bursátiles que alcanzaron nuevos máximos durante los últimos meses.

“La profundidad y gravedad de la crisis sin precedentes presagia una recuperación lenta y dolorosa”, dijo Elliott Harris, economista jefe y subsecretario general de Desarrollo Económico de la ONU. “A medida que nos adentramos en una larga fase de recuperación con el lanzamiento de las vacunas contra COVID-19, debemos comenzar a impulsar las inversiones a más largo plazo que tracen el camino hacia una recuperación más resistente, acompañada de una postura fiscal que evite la austeridad prematura y un marco de sostenibilidad de la deuda redefinido, planes de protección social universal y una transición acelerada a la economía verde».

Una crisis sin precedentes, que ha matado a más de dos millones de personas, ha desarraigado muchas más vidas, ha forzado a familias a la pobreza, ha exacerbado la desigualdad de ingresos y riqueza entre comunidades, ha interrumpido el comercio internacional y ha paralizado la economía mundial, necesita una respuesta extraordinaria. En última instancia, el informe, al igual que hiciera el Secretario General, subraya la importancia de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el modelo para un mundo justo, pacífico y resiliente.

América Latina afronta una década perdida

Banco Mundial/Shynar JetpissovaMuchos de los grandes proyectos de infraestructura requieren de la inversión extranjera directa.

América Latina se enfrenta a una “década perdida” en términos de crecimiento económico y de desarrollo. El informe proyecta una recuperación del 3,8% en 2021 y 2,6% en 2022, aunque los cálculos están “está plagado de incertidumbres sobre la evolución de la pandemia, el lanzamiento de vacunas y el impacto de las medidas de política económica”.

“La pandemia ha devastado países de América Latina y el Caribe, cobrando un alto costo humano y provocando una contracción económica de proporciones históricas. El Producto Interior Bruto de la región disminuyó un 8% en 2020 debido a las cuarentenas nacionales prolongadas, el debilitamiento de las exportaciones de mercancías y el colapso del turismo socavaron las actividades económicas.

«Si bien ningún país de la región se ha librado de las consecuencias de la crisis, la gravedad del impacto ha variado significativamente entre los países», dijo Hamid Rashid, jefe de la Subdivisión de Monitoreo Económico Global del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU y autor principal del informe.

Haití, Paraguay y Uruguay, por ejemplo, han podido contener la propagación del virus y limitar el daño económico. Por otro lado, Argentina, Perú, Panamá, así como las economías dependientes del turismo del Caribe, se han visto particularmente afectadas, sufriendo contracciones de dos dígitos del PIB. Los repuntes más rápidos de lo esperado en los precios de las materias primas, impulsados ​​por la fuerte actividad industrial en China, y las entradas de remesas han brindado apoyo a muchas economías en América del Sur y América Central.

El panorama a corto plazo de la región está plagado de incertidumbres sobre la evolución de la pandemia, el lanzamiento de vacunas y el impacto de las medidas de política económica. El escenario de referencia de la ONU proyecta una modesta recuperación del crecimiento del 3,8%o en 2021 y del 2,6% en 2022, y se espera que la producción agregada alcance su nivel anterior a la crisis solo para fines de 2023.

La pandemia, que se produjo en un momento en el que muchos países de América Latina y el Caribe ya se enfrentaban a graves dificultades económicas, sociales y políticas, ha puesto de manifiesto y exacerbado desigualdades estructurales profundamente arraigadas, por ejemplo, entre trabajadores formales e informales, y entre hombres y mujeres.

Se han perdido millones de puestos de trabajo, especialmente en el sector informal, donde la mayoría de las ocupaciones son intensivas en contacto. Las mujeres, los jóvenes y los trabajadores con bajo nivel educativo, que constituyen el grueso del empleo en sectores como el comercio minorista y la hostelería, fueron los más afectados. La pérdida de empleos e ingresos ha empujado a la pobreza a millones de personas en América Latina y el Caribe, acabando con todos los avances logrados en los últimos 15 años.

Las actividades de inversión en toda la región se han visto afectadas por la pandemia de forma grave, y probablemente prolongada. En medio de la caída de la demanda de los consumidores, cierres comerciales temporales y una mayor incertidumbre, las empresas han revertido la inversión planificada.

La caída de la inversión, mayor que la del 2009

La caída del 13% en la inversión en 2020 eclipsa la caída experimentada en 2009. Si bien la inversión se recuperó rápidamente después de la crisis financiera mundial, esta vez parece poco probable una recuperación rápida en medio de incertidumbres significativas y persistentes. La amenaza de otra década perdida, tanto en términos de crecimiento económico como de progreso del desarrollo, se cierne sobre América Latina y el Caribe.

El informe enfatiza que las medidas de apoyo monetario y fiscal han brindado un salvavidas a hogares y empresas en toda la región. Aunque muchos países entraron en la pandemia con déficits fiscales considerables y altos niveles de deuda pública, los gobiernos desplegaron recursos considerables para combatir la crisis económica y de salud. Brasil, Chile y Perú introdujeron los paquetes de estímulo más grandes de la región, que ascienden a un estimado del 10 al 15% del PIB.

“De cara al futuro, el apoyo fiscal continuo sigue siendo fundamental para la recuperación, ya que los esfuerzos nacionales de movilización de recursos deben complementarse con un mejor acceso al financiamiento externo”, agregó Rashid.

Sin una acción política decisiva, la crisis podría tener un impacto negativo duradero en los mercados laborales de la región y la inversión en capital físico y humano. Esto, a su vez, podría reprimir aún más la innovación y el crecimiento de la productividad, frenando el nivel de vida. En este contexto, son cada vez más los reclamos por un nuevo modelo de desarrollo, centrado en una transformación radical de los patrones de producción y consumo.

as vacunas contra el COVID-19 aún son efectivas ante las nuevas variantes del virus

Aunque la prioridad principal ahora es la distribución de las vacunas existentes, porque se sabe que funcionan contra de las variantes por el momento, la agencia de la ONU para salud afirmó que también busca reforzar su capacidad de investigación y desarrollo ante posibles mutaciones que sean más resistentes en el futuro. 

La Organización Mundial de la Salud celebró este lunes que las farmacéuticas que producen vacunas contra el COVID-19 continúen la investigación ante las nuevas variantes identificadas del coronavirus.

Moderna, por ejemplo, anunció que su vacuna de momento es efectiva ante las mutaciones identificadas en el Reino Unido y Sudáfrica, y que hará pruebas para posibles dosis de refuerzo.

“Nos parece fantástico que Moderna y otros productores ya estén mirando que se necesitará para sus productos en el futuro. La ciencia ha hecho un trabajo extraordinario en esta crisis, las variantes son una preocupación que está ahí, pero creo que ya tenemos la ciencia para abordarlo correctamente y para estar un paso adelante a medida que la pandemia y el virus avanza”, aseguró el asesor jefe de esa agencia de la ONU, Bruce Aylward, durante la conferencia bisemanal de la Organización.

El experto informó que se está actualmente revisando el plan estratégico del Acelerador de Herramientas contra el COVID-19 (ACT) para el 2021, y afirmó que la detección progresiva de mutaciones que causen preocupación, especialmente en las llamadas proteínas del pico (proteínas de S), es una de las prioridades.

“Aunque nuestra prioridad principal es la distribución de las vacunas que ya tenemos, porque sabemos que funcionan contra de las variantes por el momento entonces lo importante es proteger a la mayor cantidad de gente que podamos, la segunda prioridad es cómo podemos invertir en la agenda de investigación y desarrollo de los productos, y establecer los caminos regulatorios de aprobación en caso de estas variantes”, agregó.

Aylward dijo que esperaba que los fabricantes sigan compartiendo información sobre las herramientas que utilizan y las variantes que tienen en cuenta para el desarrollo de sus productos y los ensayos clínicos.

“Estaremos en un periodo en el que veremos aún más colaboración con los productores para ver conjuntamente como podemos evaluar las mutaciones y cómo respondemos en términos de investigación y desarrollo”, explicó.Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH)Una imagen digitalmente aumentada de una muestra de un paciente presenta células verdes muy infectadas con la partícula de virus SARS-COV-2 de color púrpura.

Un sistema de monitoreo epidemiológico

La líder técnica de la OMS informó que además se encuentran trabajando con socios de todo el mundo para mejorar el sistema que detecta los cambios del virus cuando emerjan.

María Van Kerkhove afirmó que la idea es ser “proactivos” al mirar diferentes tipos de mutaciones y las combinaciones que se encuentran en diferentes países y que deben ser propiamente evaluadas.

“Esto lo estamos haciendo con un monitoreo epidemiológico reforzado a través del mundo, asegurándonos de que tenemos sistemas robustos para rastrear este virus y a quien infecta, de manera que podamos reducir la transmisión y encontrar cualquier cambio significativo en la transmisión donde no nos lo esperemos, por ejemplo, un área donde se estén tomando medidas de salud y aun veamos contagio. De esa manera fue que el Reino Unido identificó sus variantes en noviembre y diciembre”, explicó.

La epidemióloga informó que también se está aumentado el monitoreo de las secuencias genéticas a través del mundo, algo que ha mejorado en el último año, pero debe “reforzarse aún más”.

“Tenemos que utilizar otros sistemas para no comenzar de cero. Por ejemplo, la red global de la influenza, en la que 89 laboratorios están haciendo secuenciación genómica de SARS-CoV2 y queremos aumentarlo. Queremos aprovechar toda la experiencia de la red del polio, del VIH, porque hay sistemas en los países que pueden hacer secuenciación genómica, y cuantas más haya, más pueden ser compartidas”, expresó.

Además, la OMS trabaja en una iniciativa para que esas secuencias puedan ser compartidas en plataformas con metadata para que sean analizadas a través de la bioinformática y la genética.

El director de emergencias de la Organización, Michael Ryan, dijo que era necesario que los países se involucraran en esta iniciativa y que la OMS está dispuesta a ofrecer toda su capacidad y asesoría técnica.

“Esperamos que todos los países que quieran mejorar su capacidad de secuenciación genómica y quieran contribuir datos al conocimiento mundial, puedan hacerlo si quieren”, dijo.

“Esto es algo que va a continuar y que será reforzado en el tiempo, los virus cambian, pero tenemos que concentrarnos en prevenir contagios al mismo tiempo que monitoreamos las mutaciones”, agregó Van Kerkhove.UNICEF/Vinay PanjwaniTrabajadores sanitarios posan con una dosis de la vacuna contra el COVID-19. Se necesita aumentar la producción y distribución de vacunas en todo el mundo.

Las mutaciones no cambian las reglas del juego.

La epidemióloga expresó que las variantes del SARS-CoV-2 no cambian las reglas de juego, ni los cuatro elementos que los países deben implementar: prevención, control, tratamiento y vacunación.

“Quiero reiterar que todo lo que hemos aprendido de las variantes no cambia el enfoque para controlar el COVID. Tomará mucho más tiempo del que queremos para que las vacunas tengan el impacto que van a tener, pero tenemos otras herramientas, ahora mismo tenemos que prevenir la mayor cantidad de casos que podamos. No solo para mantenernos seguros sino para proteger a nuestros seres queridos que tienen otros riesgos”, explicó.

La experta resaltó que en países donde se han detectado las variantes como Sudáfrica, Reino Unido, Irlanda y Dinamarca, los casos están disminuyendo.

“Las medidas de control funcionan, que no se nos olvide que todavía tenemos estas herramientas”, concluyó.University of Oxford/John CairnsLa comunidad científica sigue trabajando en el desarrollo de las vacunas contra el COVID-19.

Las dosis de la vacuna

La Organización Mundial de la Salud recomendó “encarecidamente” también este lunes poner las dos dosis de las vacunas del COVID-19 aunque la segunda se retrase.

Los especialistas de la Organización recordaron que dos de las vacunas disponibles, las desarrolladas por Pfizer y Moderna, solo se han probado con un régimen de dos dosis separadas por 21 días.

Bruce Aylward aseguró que, dada la limitada producción de vacunas, puede haber “muchas razones” por las que se retrase la segunda dosis, por lo que respetan que algunos países hagan pequeños cambios en los calendarios.

“Lo importante es asegurarse de que tienes la segunda dosis, incluso aunque se retrasen. Pero la recomendación es usar las vacunas del modo en que se han aprobado y se han testado porque esa es la forma de la que tenemos datos y es la forma en la que funcionan mejor”, explicó Ayward respondiendo a una pregunta sobre la situación en México.

Este lunes se ha alcanzado un millón de muertos en las Américas. Aunque el aumento de casos se está “estabilizando”, los hospitales siguen “bajo presión”, explicó el doctor Mike Ryan que destacó como Centro y Sudamérica no han tenido “descanso” durante la pandemia con niveles de transmisión muy elevados durante el último año.

El COVID-19 conduce a pérdidas masivas de ingresos y productividad

Un reciente estudio de la agencia de la ONU que observa el mercado laboral mundial señala que los efectos de la COVID-19 ponen de manifiesto una disminución generalizada de las horas de trabajo y de los ingresos, y prevé para 2021 una recuperación lenta, desigual e incierta, a menos que los progresos iniciales se respalden con políticas de recuperación centradas en las personas.

La reducción de las horas de trabajo debido al impacto de la pandemia de COVID-19 le costó al mundo el equivalente a 255 millones de puestos de trabajo en 2020, dijo el lunes la Organización Internacional del Trabajo, que señaló que el «impacto masivo» fue de casi cuatro veces el número perdido durante la crisis financiera mundial de 2009.

Según el último informe de esta agencia de la ONU que observa la progresión de la pandemia del COVID-19 en el mercado laboral, las pérdidas dieron como resultado una disminución del 8,3% en los ingresos mundiales, antes de incluir medidas de apoyo, equivalentes a 3,7 billones de dólares, lo que equivale al 4,4% del producto interno bruto mundial.

Si bien todavía existe un alto grado de incertidumbre para 2021, las estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo proyectan que la mayoría de los países podrían ver una recuperación relativamente fuerte en la segunda mitad del año, a medida que entren en marcha los programas de vacunación COVID-19.

La OIT prevé tres escenarios: una estimación que muestra una disminución del 3% por ciento de las horas de trabajo durante este año; un pronóstico más pesimista que indica una pérdida del 4,6% y, en el escenario más optimista, una disminución del 1,3%.

Los signos de recuperación que vemos son alentadores, pero son frágiles y muy inciertos, y debemos recordar que ningún país o grupo puede recuperarse solo”, dijo Guy Ryder, director general de la OIT.

“Estamos en una bifurcación en el camino. Un camino conduce a una recuperación desigual, insostenible, con una desigualdad e inestabilidad crecientes y la perspectiva de más crisis. El otro se basa en un modelo que coloca al ser humano en el centro para reconstruir mejor las sociedades, priorizando el empleo, los ingresos y la protección social, los derechos de los trabajadores y el diálogo social”, agregó.

«Si queremos una recuperación duradera, sostenible e inclusiva, este es el camino al que deben comprometerse los responsables políticos», añadió.Agência Brasil/Marcelo CamargoEl COVID-19 ha tenido un gran impacto en el mercado laboral y en la formación de capital humano.

Las mujeres y los niños, los más vulnerables

En términos de sectores y grupos, las mujeres se vieron más afectadas que los hombres, al igual que los trabajadores más jóvenes, de acuerdo con los datos del informe.

“A nivel mundial, las pérdidas de empleo de las mujeres ascienden al 5%, frente al 3,9% de los hombres. En particular, las mujeres tenían muchas más probabilidades que los hombres de abandonar el mercado laboral y volverse inactivas”, agrega.

De manera similar, los trabajadores más jóvenes perdieron sus trabajos, abandonaron la fuerza laboral o retrasaron su ingreso.

El riesgo de una generación perdida

“La pérdida de empleo entre los jóvenes (de 15 a 24 años) fue del 8,7%, en comparación con el 3,7% de los adultos. Esto pone de relieve el riesgo demasiado real de una generación perdida”, según la OIT.

El sector de los hoteles y el alojamiento junto con la alimentación fueron los sectores más afectados, donde el empleo disminuyó en más del 20%, en promedio, seguido del comercio minorista y la manufactura.

En contraste, los sectores de información, comunicaciones, finanzas y seguros crecieron en el segundo y tercer trimestre de 2020. También se observaron incrementos marginales en minería, canteras y servicios públicos.

Un millón de personas plantea a la ONU sus esperanzas y temores para el futuro

La Organización de las Naciones Unidas presentó en enero de 2020 una encuesta de opinión internacional masiva y sin precedentes para conmemorar el 75º aniversario de su fundación. Esta iniciativa invitó a participar a personas de todos los ámbitos del espectro social del mundo -mujeres, hombres, niñas y niños de los países desarrollados y en desarrollo- a compartir sus esperanzas y temores sobre el futuro y a pensar cómo la ONU puede ayudar a lograr el cambio que haría del mundo uno más justo para todos.

Independientemente de su procedencia, su origen, edad o género, los participantes en el ejercicio se mostraron “notablemente unificados” en su visión del futuro.

El informe elaborado con los resultados del sondeo y divulgado este lunes para arrancar la semana del segmento de alto nivel del debate de la Asamblea General destaca cinco hallazgos:UNICEF/Geoffrey ButaUna joven de Ghana se lava las manos antes de regresar a su salón de clases.

1) Mejores servicios básicos

El mundo entero sigue afectado por la pandemia de COVID-19, por lo que no resulta sorprendente que la prioridad inmediata de la mayoría de los participantes en la encuesta -que no se detuvo durante el cierre global de actividades debido a la emergencia- sea un mejor acceso a los servicios básicos. Entre esos servicios se cuentan atención médica, agua y saneamiento y educación. Muchos encuestados consideran que el acceso a la educación y los derechos de la mujer finalmente mejorará.

Esto es lo que dijo un participante en México: “El virus se ha llevado puestos de trabajo, interacciones sociales, educación y paz. El miedo está en todas partes y la gente no está respondiendo bien ”.Universidad deOxford/John CairnsLa Universidad de Oxford, en el Reino Unido, realiza pruebas para el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19. El proyecto de vacuna cuenta con apoyo internacional.

2) Más cooperación internacional

La pandemia de COVID-19 ha subrayado la necesidad de cooperación internacional para desarrollar, producir y distribuir una vacuna que beneficie a todos los países, ricos y pobres. La ONU ha recalcado reiteradamente la importancia del multilateralismo, de que los países trabajen en colaboración y de forma productiva por el bien común. Una gran parte del millón de encuestados coincide con esta idea: el 87% de las personas cree que la cooperación internacional es vital para hacer frente a los desafíos globales y que el COVID-19 ha hecho aún más urgente la solidaridad internacional.

Un participante de Albania destacó la importancia de la responsabilidad social compartida: “Es de suma importancia que la recuperación se construya sobre un espíritu de humanidad. La lección que aprendimos de la pandemia es que literalmente nadie está a salvo a menos que todos lo estén”.PNUD AfganistánPaneles solares en el techo de un centro de salud de Afganistán

3) Acción climática

La hasta ahora observada incapacidad de la humanidad de frenar el calentamiento del planeta y evitar un cambio climático irreversible con la consiguiente destrucción del medio ambiente natural es la preocupación abrumadora a mediano y largo plazo de las personas encuestadas. Otras inquietudes a largo plazo incluyen un aumento de la pobreza, la corrupción de los gobiernos, la violencia comunitaria y el desempleo.  

Un joven de China recordó que el cambio climático nos afecta a todos: “El cambio climático global resultante de la contaminación ambiental está poniendo a las personas y a poblaciones enteras en un mayor riesgo”.© UNICEF/Delil SouleimanUNICEF entrega agua durante la pandemia en áreas de Siria afectadas por el conflicto.

4) Más participación de la ONU

Tras una mirada retrospectiva, seis de cada diez encuestados sostuvieron que la ONU ha hecho del mundo un lugar mejor y el 74% dice que la ONU es “esencial” para afrontar con eficacia los desafíos globales. Sin embargo, más de la mitad de las personas que respondieron la encuesta no saben mucho sobre la Organización y la consideran “alejada” de sus vidas. Muchos participantes recomendaron establecer un consejo de jóvenes para asesorar a los altos funcionarios de la ONU.

Un encuestado de Brasil sugirió una mayor participación del organismo mundial a nivel regional y local: “La ONU podría hacer mayores compromisos con los actores regionales y locales para invertir en el futuro y proporcionar medios que ayuden a los actores sociales a alcanzar una autonomía”.PNUD UzbekistánLos integrantes de esta familia de Uzbekistán compartieron con la ONU sus esperanzas y temores para el futuro

5) Confianza en un futuro mejor

Con respecto al futuro, los participantes más jóvenes y los de muchos países en desarrollo tienden a ser más optimistas que las personas mayores o las que viven en países desarrollados. La gente en Asia central y meridional y África subsahariana es más propensa al optimismo que la que vive en Europa y América del Norte.

«Nadie es incapaz», dijo un estudiante de bachillerato de Japón de 17 años.

Algunos datos y estadísticas sobre la encuesta de la ONU

  • En la encuesta participaron personas de los 193 Estados miembros de la ONU
  • Hombres y mujeres participaron en la encuesta en igual número
  • El 51% de los encuestados es menor de 30 años
  • El 30% de los encuestados provino de Asia central y meridional
  • El 23,5% de los participantes vive en África subsahariana y el 15% en Europa

Cómo se logró escuchar a un millón de voces

A la gente se le preguntó su opinión de varias formas.

La encuesta en línea ONU75 fue clave para oír a la mayor cantidad posible de personas. La encuesta todavía está disponible en 64 idiomas en este enlace.

Para incluir las voces de quienes no están conectados a internet, la encuesta se adaptó para recopilar las respuestas a través de una aplicación móvil, mensajes de texto y otras herramientas. También se recogieron opiniones con encuestas telefónicas y en persona.

En el 75º aniversario de la ONU la pandemia de COVID-19 dominará un atípico debate de la Asamblea General

La pandemia de COVID-19 ha obligado al mundo a operar de una manera distinta. La ONU no escapa a esta realidad: los mandatarios de todo el mundo participarán con mensajes videograbados. El desarrollo y distribución de una vacuna, la mejora de los sistemas sanitarios, la reapertura de las escuelas, la reactivación económica y la urgencia de cooperación global serán los temas dominantes este año en la Asamblea General.

Por primera vez en la historia de la Organización de las Naciones Unidas, el auditorio de la Asamblea General no estará abarrotado en la jornada inicial de la máxima cita diplomática anual del mundo. En cambio, un representante de cada país estará sentado a distancia de sus homólogos de los 193 Estados miembros de la ONU y en la pantalla frontal se proyectará el discurso grabado por los mandatarios de todo el mundo.

La pandemia de COVID-19 ha obligado a todos los países a operar de una forma que hasta hace poco tiempo hubiera parecido parte de una novela de ciencia ficción. La mayor emergencia sanitaria de la historia moderna ha desatado una aguda crisis económica global y ha generado división entre las naciones en cuanto a la respuesta que se debe implementar.

Mientras que algunos gobiernos han optado por planes nacionalistas alejados de la cooperación internacional, otros, los más, consideran que el multilateralismo es el único camino posible para enfrentar y superar la contingencia.

Las cuestiones urgentes

La ONU y su agencia sanitaria, la Organización Mundial de la Salud, han pugnado desde la aparición del coronavirus por una acción concertada y urgente, advirtiendo que nadie estará a salvo en tanto no estén todos a salvo.

En este, el año en que la ONU cumple 75 años de su fundación, más de 160 jefes de Estado y de Gobierno se dirigirán a la Asamblea General para abordar las múltiples aristas de la pandemia de COVID-19 durante su participación en el debate del órgano deliberativo.

El desarrollo y distribución de una vacuna segura y efectiva contra la nueva enfermedad, la mejora y ampliación de los sistemas sanitarios, la reapertura de las escuelas, el impacto económico de la pandemia en la población, la reactivación económica, la necesidad de fortalecer el multilateralismo y la cooperación y solidaridad internacionales serán algunos de los puntos que seguramente tocarán los presidentes y primeros ministros durante sus discursos.

Además de esta discusión, se espera que los dignatarios hablen sobre otros temas que requieren atención inmediata, como el cambio climático, el impulso al desarrollo sostenible y la solución a los conflictos armados, muchos de ellos de larga data.

La recuperación de la COVID-19 ha de reinventar las economías, las sociedades y establecer nuevos contratos sociales

“Quienes construyeron las Naciones Unidas hace 75 años vivieron una pandemia, una depresión global, un genocidio y una guerra mundial. Conocían el costo de la discordia y el valor de la unidad”, dice el líder de la ONU al inaugurar el debate de la Asamblea General y equipara ese escenario con la emergencia que vive hoy el mundo.

En el año en el que las Naciones Unidas celebran su 75º aniversario, el Secretario General estableció un paralelismo entre la complicada situación mundial que sirvió para levantar los cimientos de la Organización, con las dificultades actuales que atraviesa el planeta por la pandemia del coronavirus.

António Guterres pidió a los países reinventar las economías y las sociedades y crear un nuevo contrato social

“Afrontamos un momento fundamental”, manifestó Guterres durante la sesión de apertura del debate de alto nivel de la Asamblea General.

“Quienes construyeron las Naciones Unidas hace 75 años vivieron una pandemia, una depresión global, un genocidio y una guerra mundial. Conocían el costo de la discordia y el valor de la unidad. Crearon una respuesta visionaria, encarnada en nuestra Carta fundacional, centrada en las personas”, indicó.

Por ello, destacó que tres cuartos de siglo más tarde y con el coronavirus propagándose “estamos frente a nuestro propio 1945”. Una crisis que es “diferente a cualquier otra que hayamos visto”, pero que a, al mismo tiempo, podría volver a suceder en el futuro.

“La COVID-19 no es sólo una llamada de atención, es un ensayo general para los desafíos mundiales que están por venir”, por lo que debemos continuar adelante con humildad y reconocer “que un virus microscópico ha puesto de rodillas al mundo”. 

Ante este escenario, recordó el fracaso de populismo y del nacionalismo, que han probado empeorar situaciones de por sí críticas, y llamó a la unidad, a actuar solidariamente, a guiarnos por la ciencia y a estar conectados a la realidad.

“En un mundo interconectado, ha llegado el momento de reconocer una simple verdad: la solidaridad se basa en el interés propio. Si no logramos comprender ese hecho, todo el mundo saldrá perdiendo”, aseveró.

Alto el fuego global

En su discurso, el Secretario General se refirió a los conflictos de larga data y recientes que asolan a numerosos países y reiteró su llamamiento a un alto el fuego global para que los esfuerzos de todos los gobiernos y sociedades se centren en el combate a la pandemia.

Añadió que aunque su exhortación inicial al alto el fuego tuvo el respaldo de 180 Estados, numerosos grupos armados y de una amplia gama del espectro social en todos los países, quedan grandes obstáculos por eliminar, entre ellos la desconfianza, la presencia de elementos perturbadores y el peso de mucho años de lucha enconada.

“Hoy hago un llamamiento a un nuevo esfuerzo de la comunidad internacional para que el alto el fuego se haga realidad antes de que termine el año. Tenemos exactamente 100 días. Durante una pandemia, los conflictos solo tienen un vencedor: el propio virus”, puntualizó.

Recuperar la economía

Guterres afirmó que en la realidad globalizada de hoy, las economías no pueden funcionar con una pandemia fuera de control donde solo los países desarrollados pudieron socorrer a sus propias comunidades.

Debemos asegurarnos de que el mundo en desarrollo no caiga en la ruina financiera, la pobreza creciente y las crisis de la deuda. Necesitamos un compromiso colectivo para evitar una espiral descendente”, advirtió.

En este contexto, añadió que la próxima semana se reunirá con los líderes mundiales para buscar soluciones a esta crisis en una Reunión sobre Financiación para el Desarrollo en la Era del COVID-19. 

Falta un nuevo contrato social

El Secretario General indicó que, aparte de la respuesta inmediata, los esfuerzos de recuperación deben conducirnos a un futuro mejor que sirva para reinventar las economías y las sociedades.

Una restauración de la que ya poseemos los planos: la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Agenda 2030 y el Acuerdo de París. 

“La recuperación necesita construir una capacidad de resiliencia. Eso requiere tanto un nuevo contrato social a nivel nacional como un nuevo acuerdo global”, apuntó.  

En cuanto a un nuevo contrato social, Guterres explicó que “consiste en construir sociedades inclusivas y sostenibles”.

Destacó que en este nuevo contrato social los países han de implementar la transición hacia energías renovables para lograr cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en el año 2050. Con este objetivo, les pidió considerar seis acciones medioambientales al tiempo que rescatan y reconstruyen sus economías:

  • Hacer que las sociedades sean más resilientes y garantizar una transición justa.
  • Crear empleos verdes y crecimiento sostenible.
  • Condicionar los rescates de la industria, la aviación y el transporte marítimo al cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París.
  • Acabar con los subsidios a los combustibles fósiles.
  • Considerar los riesgos climáticos en todas las decisiones financieras y políticas.
  • Trabajar juntos, sin dejar a nadie atrás.